F E M I N I S M O Y A N A R Q U I S M O JOSEFA MARTIN LUENGO La ideologia anarquista no ha favorecido la aparicion en su seno de movimientos feministas. Su pensamiento ha hablado siempre de la emancipacion de la humanidad, de liberacion, en terminos genericos, del hombre, por lo que pregonaban que el objetivo de la revolucion se extendia tanto al hombre como a la mujer, y creian y creen absurdo plantear por separado la emancipacion del hombre y la liberacion de la mujer, sin caer en cuenta de que lo que aceptaban y aceptan es la participacion de la mujer en la revolucion social, pero en ningun momento son sensibles a la problematica especifica de esta mitad del colectivo humano. Al globalizar el objetivo, minusvaloran la situacion femenina, porque no son conscientes de que la mujer sufria y sufre en la sociedad una doble opresion, una que se identifica con el grupo masculino, en su demanda de justicia social, libertad e igualdad; y otra, la del rol femenino sometido historicamente a un papel secundario de ayuda, de colaboracion, pero sumido en una minusvalia fisica e intelectual, que no se quiso ni se quiere reconocer. Desde el punto de vista anarquista, el sectarismo de la lucha femenina parece una contradiccion y teoricamente lo es, ya que el anarquismo parte de la aceptacion y de la lucha por la igualdad de los seres humanos. Pero tal ideologia parte de una practica cotidiana, en la cual la mujer se encuentra inmovil y muda, en un rol asignado ancestralmente, del cual no se siente satisfecha, pero que duda si debe salir de el. Al mismo tiempo, el hombre anarquista se mueve en su lucha por la emancipacion de los trabajadores, de los hombres que creen tener la responsabilidad de mantener a la familia, luchar por un puesto de trabajo justo y favorecer y engordar asi el papel de la mujer como elemento no activo del proceso de cambio social. La lucha se planteaba y se sigue planteando como algo que pertenece a los hombres a cuyo lado se encuentra la mujer como instrumento de colaboracion, siempre a un nivel de subordinacion respecto a el. Este concepto de subordinacion es lo que impide a la ideologia anarquista crecer mas ampliamente y ser coherente con la teoria que historicamente propone, siendo pues una contradiccion en el hacer, aunque no lo sea en lo teorico. Debemos analizar en profundidad si una ideologia, si una forma de pensamiento, como es el anarquismo, no debe plantearse seriamente esta resquebrajadura de su pensamiento y tratar de paliarla, englobando en sus propuestas a todas aquellas mujeres que se sientan personas iguales a otras y deseen luchar por incrementar y extender esta opcion ideologica, que si analizamos la realidad y la historia, es la unica via de esperanza para esta sociedad caduca y desvalorizada. No proponemos que en el seno del anarquismo deba haber dos lineas diferentes de lucha, sino que las mujeres acratas esten dispuestas a combatir por un planteamiento anarquista coherente, real y necesario, para poder presentar una alternativa valida a esta sociedad, y para ello, debe comenzar su lucha respecto a sus companheros de pensamiento, tratando de reeducar a los hombres en la igualdad, minando en lo posible esa educacion machista que los limita, somete y disminuye su libertad. Cuando proclamamos que luchamos por la libertad, por la justicia, por la igualdad, por la no violencia y la no autoridad, debemos comenzar por el analisis de nuestra vida cotidiana, de nuestras relaciones interpersonales y grupales y ver en que queda sometida nuestra amada ideologia. Si miramos a nu estro alrededor y nos miramos a nosotros/as mismos/as, detectamos con un poco de tristeza y decepcion que no integramos esos conceptos de igualdad, respeto, tolerancia y libertad del otro/a, porque nuestro concepto de emancipacion, tal vez, comienza y termina en nosotros/as mismos/as, y ese es un punto de partida erroneo para un colectivo anarquista. El anarquismo abarca al colectivo humano y a los grupos que lo componen, es por esencia colectivizante y no individualista, el yo debe contraponerse al nosotros/as, y pensar y sentir que es mas amplia mi libertad cuando mas amplio la libertad de los/las que me rodean, y para ello debo pensar en el otro/a como un yo externo al que debo respetar, potenciar y liberar con el mismo amor e intensidad con que lo hago con mi persona. Si es esta la percepcion de las personas que nos rodean, no se hace necesaria una lucha de mujeres por el anarquismo, pero en el caso corriente de que esto no exista, y de que lo que se manifieste sea una ilusion del autentico pensamiento acrata, tal vez si se hace preciso reflexionar sobre la actitud que como mujeres debemos tomar para conseguir plantear una veraz ideologia, coherente en sus pensamientos y en sus actos. Esta contradiccion de igualdad sectaria que se da constantemente en la realidad que vivimos, debe partir de un planteamiento serio y critico del colectivo de mujeres anarquistas, haciendose conscientes de que no luchan por la igualdad, porque en primer lugar deben luchar de la liberacion de sus propios planteamientos machistas, por su emancipacion de sus profundas ataduras como seres que se consideran de segunda linea, actuando constantemente con un rol aprendido, en donde se potencia y perpetua la incapacidad de los hombres por asumir y actuar como personas iguales al resto de las personas. La dinamica grupal anarquista adolece de un profundo sentimiento de solidaridad, en donde unos y otras deben vivir luchando cotidianamente por encontrar mas libertad y sofocar los ancestros educativos que hacen que nos manifestemos como seres diferentes, siendo en realidad parte integrante de una misma especie humana, deteriorada en el tiempo por intereses ajenos a nuestras propias identidades. La interrogante se nos plantea de manera seria. ?Que hacer, ante esta situacion que dura ya demasiado tiempo? Pienso que para que podamos mostrar al mundo que somos una alternativa valida con esperanza de futuro, debemos comenzar viviendo como personas de igualdad, con las diferencias y originalidad propias que son consustanciales al ser pensante, debemos pensar y creer que somos primeramente seres racionales y despues seres sexuados, y que esta caracteristica es secundaria y entra dentro de las diferencias multiples que como individualidades poseemos. Ello implica ir en busca de aquello que nos identifica como iguales y de ahi aceptar las diferencias. Nuestra igualdad viene de ese tronco comun de los hominidos que nos genera a traves de la evolucion en seres racionales; las diferencias son caracteristicas geneticas y ambientales, que nos modulan y presentan como personalidades distintas capaces de enriquecer y recrear el mundo en que vivimos. Las mujeres libres debemos luchar por la emancipacion de los hombres para que alcancen la libertad, porque la historia nos evidencia que los hombres libres, en sus luchas por la emancipacion, siempre han desestimado al colectivo de mujeres y su emancipacion, haciendo de la busqueda de la libertad, la autonomia y la igualdad un combate sectorial, pensando que en su batalla ya nos encontrabamos incluidas las mujeres, sin darse cuenta de que nadie debe luchar por una mujer, como nadie debe luchar por otro hombre; el planteamiento en si es discriminatorio, y es por el por lo que las mujeres libres no toman la iniciativa, no plantean nuevas formas de convivencia, no enarbolan la bandera de los derechos humanos, como si pensasen que ello pertenece a los hombres, cayendo asi en una aceptacion falaz de considerarse inferiores al resto de sus companheros masculinos. La lucha debe hacerse desde ambos sectores, tratando de encontrar la identidad, el punto comun que estimula a ambos colectivos en un objetivo comun, pero hasta ahora ese objetivo no existe y no existira mientras las mujeres tengan que seguir manteniendo un doble campo de batalla, uno para conseguir la igualdad con el colectivo de hombres y otro para la emancipacion del genero humano. Eso, entre otras muchas cosas, menoscaba fuerzas y hace mucho menos efectiva cualquier alternativa, lo cual favorece al sistema que siempre ha potenciado las divisiones para evitar que se produzca una unificacion de fuerzas contra una situacion social concreta. Si tenemos en cuenta que todos los sistemas politicos han mantenido esta constante de la inferioridad de la mujer para conseguir perpetuarse, debemos pensar que le es util para sus propositos, pero ?que sucederia si realmente las dinamicas grupales cambiasen mostrando una convivencia de igualdad? ?No seria posible que esa estructura tan bien tejida se encontrase desequilibrada y por lo tanto en situacion de debilidad? Debemos pensar en ello, y debemos sobre todo clarificarnos, y saber si cuando nos denominamos anarquistas, somos realmente aquello que decimos o simplemente entre los apelativos existentes hemos escogido ese, porque nos es mas atractivo. Lo peor que le puede suceder a la ideologia anarquista es mostrar en la practica que sus planteamientos son ineficaces e inexistentes, ello no genera credibilidad y a los que defendemos la opcion nos hace involucionar, ya que si no avanzamos, indudablemente nos quedamos anclados/as en el pasado, sin posibilidades de futuro. Nuestra sociedad se encuentra vacia de alternativas. La nuestra es valida, porque todavia no se ha demostrado lo contrario. Pero debemos ser sinceros/as y comenzar a vivir como decimos pensar, porque de lo contrario, y es lo que esta sucediendo, deterioramos una ideologia y terminamos viviendo con ese deterioro contra el cual actuamos. El esfuerzo es conjunto. Mujeres y hombres debemos recrear la conviviencia. Tenemos el deber de demostrar que aquello que creemos es en verdad posible, porque comenzamos a vivir con una idea de colaboracion, considerando las amplias diferencias que nos separan, para poder educarnos conjuntamente e ir en busca de una emancipacion comun, porque las discriminaciones sectoriales las hemos enviado al pasado, sofocandolas por la realidad que debemos comenzar a vivir, sabiendo quienes somos, como somos y que deseamos conseguir. // Tomado de LA SAMBLEA # 12-13, boletin de la Asociacion Pedagogica PAIDEIA de Merida, Espanha // (CORRE@ # 22, pp. 12-13; marzo 1993)